Saber cómo cuidar de un gato es importante para ayudarte a mejorar la vida de tu gato y vuestra convivencia en casa. Tras la primera parte, en que tratamos los temas de recibimiento, espacio propio y agua que necesita tu gato, llega la segunda entrega de consejos y pautas para cuidar un gato.
Recuerda que en esta guía describimos la conducta normal de los gatos y sus necesidades básicas. Si en tu caso, tienes necesidades especiales, debes siempre consultarlo con tu veterinario o etólogo felino.
Cuidar del gato: La comida
Alimentación: cantidad y necesidades
Uno de los pilares fundamentales a la hora de cuidar de nuestro gato es la alimentación. Los gatos tienden a seguir una rutina bastante estricta en su alimentación. Cuando no respetamos una norma y la pauta es irregular, el gato sufre estrés como consecuencia de una pauta impredecible. Por este motivo es importante que sigamos una rutina basada en ofrecer una cantidad fija de pienso seco distribuida en diferentes localizaciones de la casa, y pequeñas cantidades de dieta húmeda (lata o sobres) en horarios concretos.
Algunas comidas se han de esconder para permitir a tu gato realizar su conducta natural de búsqueda y caza.
Espacio del gato para comer
El gato tiene que comer solo, en un sitio tranquilo donde no pueda ser molestado por otros gatos, animales, personas; sin movimientos repentinos a su alrededor, ni ruidos.
La conducta de comer tiene un componente predador. Es interesante, por tanto, esconder pequeñas cantidades de comida por la casa para que el gato pueda desarrollar esta conducta natural.
Cuidar del gato: Neofobia del gato
Una particularidad del gato como especie, es su elevada tendencia a la neofobia alimentaria. Esto quiere decir: rechazar alimentos de apariencia, sabor, olor, textura diferente a los que está acostumbrado. También puede implicar rechazar el ofrecimiento de comidas a los que está habituado en situaciones o en un entorno diferente al suyo cotidiano.
La neofobia alimentaria tiene dos consecuencias negativas:
- En caso de una necesidad de cambio de alimentación o cuando se da un cambio de entorno, el gato puede decidir durante un período de tiempo dejar de comer. Entraría en una fase de anorexia, que, según los días que dure, puede suponer enfermar y de forma grave.
- Puede impedir tratar, desde el punto de vista dietético, enfermedades que puede ir sufriendo tu gato al largo de su vida. Los gatos neofóbicos pueden rechazar dietas que los ayudarían a curarse de una enfermedad que requiera de una alimentación específica.
Para prevenir que tu gato presente neofobia, hasta los siete meses de edad, y especialmente antes de los cuatro meses de edad, la alimentación ha de ser variada. Tu gato ha de probar diferentes sabores y texturas. Si su dieta ha sido variada, mantendrá un recuerdo para toda la vida que le facilitará aceptar nuevas dietas y en entornos diferentes al largo de toda su vida.
En los gatos, además de la neofobia felina, de forma natural también existe “el efecto monotonía alimentaria”. Se trata de una conducta natural habitual en gatos que viven en libertad, en la que rechazan, cada vez más, alimentos familiares y optan por la novedad, con la intención de hacer variada la dieta. Este efecto es menor en gatos indoor (que viven en una casa) y tienen una dieta equilibrada.
Si tu gato muestra tendencia a aborrecer dietas de forma regular, consulta con tu veterinario.
¿Cómo modificar la dieta del gato?
Si queremos cambiar la comida – de un tipo de pienso a otro, o pienso por o lata, por ejemplo-, hemos de ofrecerle el nuevo alimento en su bol habitual, dejando a un lado, en otro recipiente, el alimento que siempre le hemos dado. Después de que tu gato haya comido el nuevo alimento, tras uno o dos días, comenzaremos a ofrecerle la nueva comida cuando tenga más hambre.
¿Cómo prevenir la obesidad y el estrés?
Para prevenir la obesidad y el estrés, hemos de relacionarnos con nuestro gato hablando, jugando y acariciándolo. Evitaremos alimentarlo para mostrarle nuestra estima.
Muchos gatos cuando maúllan con la intención de pedir atención social, son interpretados erróneamente por su familia, que le ofrecen comida creyendo que su maullar es una petición de premios alimentarios.
Cuidar del gato: Cómo interactuar con nuestro gato
Normas básicas de interacción
Los gatos son sociables y poseen un grado elevado de autonomía, así que resulta comprensible que prefieran interactuar con nosotros en sus propios términos.
Por lo general el gato desea visitas e interacciones cortas y frecuentes en las que ellos tomen la iniciativa.
Los gatos son territoriales y necesitan controlar el territorio donde viven. Por ello, cada día tu gato revisará la casa para observar que todo sigue en el mismo sitio. Si detecta un objeto nuevo o un cambio de disposición de muebles, etc, le incomodará y en algunos casos podrá mostrar una conducta de marcaje con orina. Por este motivo es importante no cambiar sus cosas de sitio (arenero, boles de comer y beber, cama, rascador, etc). Y, si es posible, hacer los mínimos cambios en los objetos de casa (muebles, etc.). Si decides hacer un cambio, por ejemplo en la comida o el arenero, entonces procura poner los nuevos recipientes cerca de donde los utiliza normalmente para que le gusta el cambio.
En general, hemos de aplicar la norma de que la interacción no ha de ser obligada. Si obligamos a nuestro gato a estar en nuestros brazos y dejarse acariciar el rato que queramos nosotros, se estresará, podrá mostrar agresividad y es muy probable que decida no venir otras veces. Es decir, interaccionaremos con él cuando se acerque de forma correcta y amistosa, y evitaremos forzarlo a mantener contacto.
Cuánto más entiendas a tu gato, mejor será la convivencia.
Castigos y premios
Los gatos no responden a la fuerza y no toleran los castigos físicos ni verbales. Para educar a tu gato habrás de darle premios cuando realice la conducta deseada. Si realiza conductas inapropiadas, entonces puedes aplicar el castigo pero nunca físico ni verbal.
La aplicación de un castigo ha de ser con un pulverizador de agua procurando que tu gato no relacione el agua con tu presencia. Es decir, tendremos que intentar disimular pulverizando agua sobre el gato sin decirle nada y sin mirarlo.
Hemos de recordar que los premios y los castigos se han de aplicar siempre en el
momento en que realiza la conducta o inmediatamente después si está realizando una nueva conducta. Si no lo hacemos de esta manera, nuestro gato relacionará el premio y/o el castigo con la siguiente conducta que esté llevando a cabo o con nuestra presencia.
La principal contraindicación del castigo es que no se considera adecuado
éticamente hacerle daño a un gato, y, además, es muy probable que tenga miedo. Si tu gato te tiene miedo, la relación entre los dos se verá muy perjudicada y puede pasar que muestre agresividad hacia los otros miembros de la familia.
Y recuerda, para que disfrute de una vida sana, debes respetar sus particularidades y conocer sus necesidades a nivel emocional.
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