Esta tercera entrega sobre cómo cuidar de un gato sigue con los capítulos previos de esta guía para mejorar la vida y salud de tu gato y vuestra convivencia.
Te presentamos la tercera parte sobre el juego del gato. Tanto si tienes un recién llegado a casa como si vives desde hace años con un gatito, te recomendamos leerla. Siempre se aprenden cosas nuevas, trucos y consejos.

Tras la primera parte – recibimiento del gato, espacio y agua-, llegó la segunda entrega, -comida e interacción- ; pues bien, en este tercer artículo vamos a ver nuevos consejos y pautas para cuidar de un gato centrándonos en el juego y su espacio.

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Cómo cuidar de un gato: Juego del gato

La importancia del juego en la vida del gato

A la hora de cuidar de un gato, el juego supone una estimulación física y mental imprescindible para mantener una buena salud.

Es importante conocer que a los gatos les gusta jugar en entornos con obstáculos y diferentes niveles para poder camuflarse y poder colocarse en zonas más elevadas. Esto permite que el gato rompa con el juego y haga un descanso que le reduzca la tensión, y pueda evitar la mirada que implica el juego interactivo.

Cómo saber qué juguete le gusta más

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Hemos de ofrecerle juguetes y jugar con él. Lo primero que debemos de hacer es descubrir cuál es la preferencia de juguete de tu gato. Los gatos, en general, cazan ratones, pájaros e insectos. La mayoría de gatos, pero, tienen preferencia por un tipo de presa y esto supone que puede divertirse sobre todo o exclusivamente con un tipo de juguete.

Para descubrirlo debemos estar muy atentos a la reacción de nuestro gato con los diferentes juguetes. Para ello hemos de pensar como un gato: cuando nos fijemos en un juguete hemos de imaginar a qué clase de animal se parece.

Primero buscaremos juguetes que se parezcan a pájaros (que se sostengan en el aire, con plumas y los que hagan sonido de pájaro). Animaremos al gato a jugar moviendo el juguete en el aire delante suyo. Seguidamente probaremos juguetes tipo ratones (con piel, pilotas, etc) que se muevan por el suelo y observaremos qué reacción tiene. Después haremos la prueba con juguetes que puedan simular insectos (luz láser, objetos muy pequeños con mucho movimiento). Finalmente probaremos los diferentes tipos de juguetes a la vez para descubrir cuál le estimula más.

Recomendaciones y consejos para el juego

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A los gatos les gustan los juguetes que realizan alguna acción: ruido, se mueven, rebotan, vibran… ya que simulan el comportamiento de las presas en movimiento. Estos les  animan a interactuar y cazar.

El juego con los gatos siempre ha de incluir el engaño. Por ejemplo: esconder juguetes o hacerle perseguir juguetes cogidos de una cuerda.

En el caso de jugar con luz láser, hemos de tener un juguete físico preparado para iluminarlo con la luz al final de la persecución para evitar un juego frustrante.

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Los juguetes se han de ir cambiando regularmente. En total deberá tener cuatro o cinco juguetes. De estos, solo le dejaremos jugar con dos o tres, y los otros se los guardaremos y le haremos una rotación cada semana. Los juguetes que estén viejos o en mal estado, los renovaremos.

El entorno

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El entorno del gato tiene que ser lo más agradable posible para que no sufra estrés. Esto implica que sea un entorno enriquecedor para que pueda desarrollar su conducta natural.

Los gatos, en general, tienen preferencia por los sitios elevados para observar y controlar el entorno. Es interesante que pueda tener vista a una ventana para poder mirar a la calle. Una opción es colocar un comedero de pájaros en el exterior para que tu gato pueda distraerse observándolos.

El entorno ha de tener zonas elevadas para poder escalar y observar, escondites y rascadores para cuidarse las uñas y marcar.

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A la mayoría de gatos les gusta ver documentales de animales en la TV. Es recomendable probarlo porque puede ser una fuente de estimulación mental extra en los momentos en que se queda solo en casa.

Rascador de uñas

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Los gatos arañan objetos (armarios, sofás, paredes, cortinas, etc) por cuatro motivos:

  1. Quitar la capa externa de las uñas y así mantenerlas sanas.
  2. Estirarse y tonificar la musculatura.
  3. Comunicación visual y autoafirmación dentro de su territorio.
  4. Comunicación olfativa. Las glándulas sudoríparas, situadas entre los dedos, liberan feromonas que impregnan los objetos rascados y comunican a otros gatos la delimitación del  territorio por parte un gato.

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El arenero es esencial para que nuestro gato haga sus necesidades. Las heces las recogeremos siempre que haya, es decir, cada día como mínimo. Cada día retiraremos la arena sucia y añadiremos nueva.

La caja la limpiaremos entera y renovaremos la arena cada semana como mínimo.

La limpieza se ha de hacer con mucha agua y con poco detergente no aromatizado o con jabón de platos. No limpiaremos nunca la caja con lejía ni amoníaco. Hay gatos que son muy sensibles a la higiene y pueden aguantarse el pipí, hecho que puede predisponerles a sufrir un trastorno muy habitual en los gatos: la cistitis idiopática.

En las casas donde convivan más de un gato, tiene que haber un arenero por cada gato más uno adicional. Se han de colocar en diferentes sitios. En el caso que haya solo un gato, le tocarán dos cajas. Si la relación entre los gatos es óptima y forman una familia, entonces se pueden reducir el número de areneros a uno por número de familias, más un arenero adicional.

Es interesante que haya areneros en diferentes localizaciones porque de esta manera se facilita mucho que el gato tenga elección según su preferencia.

Los gatos prefieren areneros grandes. La medida mínima ha de permitir que tu gato se pueda mover cómodamente, dar la vuelta y tapar sus excrementos.

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Y ya para acabar, te recordamos que la guía describe la conducta normal de los gatos y sus necesidades básicas. Si en tu caso, tienes necesidades especiales, siempre debes consultarlo con tu veterinario o etólogo felino.

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